Esta superioridad no se refleja en la práctica.
Aunque en términos de especificaciones técnicas la Xbox Series X es más potente que la PS5, esta superioridad no se refleja en la práctica. Digital Foundry cree haber finalmente entendido por qué ocurre esto.
La Xbox Series X es más potente que la PS5, pero no lo demuestra: a pesar de contar con especificaciones técnicas superiores, hay juegos que funcionan mejor en la plataforma de Sony, y hasta ahora no había sido fácil comprender por qué. Sin embargo, Digital Foundry cree haber encontrado una respuesta.
Como sabemos, sobre el papel, la Xbox Series X está equipada con una GPU capaz de proporcionar 12 TFLOPS de potencia, en combinación con un ancho de banda de memoria de 560 GB/s, en comparación con los 10.23 TFLOPS de la PS5 y su ancho de banda de 448 GB/s.
Diferencias importantes, que sin embargo en la mayoría de los casos no producen resultados visibles, especialmente cuando hay técnicas como la resolución dinámica para resolver eventuales limitaciones de rendimiento. De hecho, estamos viendo la generación de consolas con las prestaciones más similares de la historia.
Distintas teorías
Digital Foundry ha recordado que a lo largo de los años han surgido diversas teorías para intentar explicar este fenómeno, como la división de la memoria de la Xbox Series X en dos grupos de diferentes velocidades. Pero según algunos desarrolladores de juegos triple A, la cuestión es otra.
Microsoft ha promocionado la Xbox Series X como la consola más potente jamás creada, y es importante subrayar que estas afirmaciones son correctas, según las especificaciones. La plataforma de Redmond cuenta con componentes superiores, pero aparentemente esto no ha sido suficiente para establecer su superioridad en los juegos.
Según algunos desarrolladores de juegos triple A, este fenómeno está relacionado con dos aspectos: por un lado, el compilador para la GPU de la PS5 es mucho más eficiente que el de la Xbox y permite aprovechar mejor el hardware disponible. Por otro lado, la propia GPU de la consola de Sony ha sido diseñada de manera diferente.
Aunque cuenta con un número significativamente inferior de unidades de cómputo en comparación con la Xbox Series X. Específicamente 36 frente a 52, la unidad gráfica de la PlayStation 5 funciona a una velocidad mayor, lo que le permite completar operaciones de manera más rápida.
Xbox, por su parte, ha apostado por la integración de DirectX 12, lo que ha permitido a los desarrolladores trabajar en un entorno muy similar al de PC. Lo cual obviamente ha sido útil en la estrategia de Microsoft de lanzar sus juegos de first-party también en la plataforma Windows de manera simultánea.
Sin embargo, en la práctica, el rendimiento de la PS5 no resulta ser inferior al de la Xbox Series X, e incluso en algunos casos, los aspectos que acabamos de mencionar producen ventajas en comparaciones directas.